Millones de fanáticos consumen libros, películas y series sobre estas criaturas, que no tienen el lado cruel que era inseparable de sus representaciones
Por: Marilia Pastor/Rodrigo Bedoya
El príncipe azul ha muerto. Ahora está el príncipe rojo. O, más bien, el príncipe que se interesa por la sangre. En los últimos años, se ha creado toda una vertiente dentro de la literatura, del cine y de la televisión que ha obtenido una enorme cantidad de ventas. Y de fanáticas enamoradas. La saga “Crepúsculo”(compuesta por “Crepúsculo”, “Luna nueva” , “Eclipse” y “Amanecer”) deStephenie Meyer (y sus respectivas adaptaciones cinematográficas) ha generado reacciones apasionadas. ¿A qué se debe esta fiebre vampírica? ¿Por qué un personaje libertino y cruel se ha convertido en alguien del cual las chicas se pueden enamorar?.
HABLAN LOS EXPERTOS
“El vampiro es una criatura maligna porque —podríamos decir— se alimenta del espíritu de otras personas. La variación es que está dirigido al público adolescente y estamos ante unos vampiros que no son tradicionales porque algunos son buenos. Hay una ambigüedad que genera interés porque se les dice a los jóvenes “lo que se pensaba que era ya no es tanto así” y a ellos les gusta el misterio y la ambigüedad”, explica Ángel Pérez Martínez, especialista en literatura juvenil y docente de la Universidad del Pacífico. Así, los descendientes de Nosferatu dejaron de recorrer las calles en busca de sangre de indefensas damiselas para convertirse en atractivos jóvenes que han decidido llevar una dieta “vegetariana” (sangre de animal) y sufren de problemas sentimentales como cualquier otro mortal. Justamente, eso les gusta a los chicos: que las nuevas historias mezclen romance con lo sobrenatural bajo una mirada juvenil.
DIRIGIDA AL ROMANTICISMO DE LOS JÓVENES
Para el psicoanalista Jorge Bruce, las novelas de Meyer son plenamente moralistas, con elementos cristianos. “Todos los elementos transgresores, como el desafío a las leyes de Dios que tienen los vampiros tradicionales, han sido dejados de lado, presentando una visión castrada y romantizada, muy al gusto de Disney”, señala, y complementa con la idea del chico malo que representa un vampiro: “Si bien hay vampiros malos, aparece el vampiro bueno para ayudar, lo que resulta muy atractivo para las chicas, a las que les gustan los chicos malos, sobre todo si en el fondo son buenos”. Para Julio Hevia, psicólogo y asesor en comunicaciones, es una vuelta con fuerza al romanticismo que los jóvenes buscan al encontrarse en una sociedad caracterizada por las relaciones impersonales. “Desde su origen, el vampirismo conecta con el movimiento romántico, el amor como correlato de la muerte. En nuestra época, en que el mundo recusa el automatismo, la frialdad de los vínculos y el individualismo, tendría algo de reivindicatorio presentar romances en los que el componente del riesgo sea uno de los matices que le dan a la aventura un plus. El tema vampírico está haciéndose cargo de esta necesidad que tiene la juventud de llevar su experiencia a niveles extremos”.
¿Pero qué esconde este interés por los vampiros? Para Bruce es una forma que tienen los adolescentes (en especial las chicas) para prolongar la etapa de las fantasías: “Si ya no se puede soñar con el príncipe azul, se soñará con el vampiro azul, que le da un toque más moderno. Las chicas saben que las durezas de la vida se vienen, por lo que tratan de prolongar a partir de estas novelas y películas la época en la que se puede fantasear”.
HABLAN LOS “FANS”
Arabella Flores confiesa ser “team Edward” (como se hacen llamar las seguidoras del protagonista de la saga de Meyer), su voz se acelera cuando recuerda la primera vez que leyó la novela. “Fueron dos o tres días que me quedé despierta hasta las 2 de la mañana porque no podía soltar los libros”, admite la presidenta de la comunidad Crepúsculo Perú. Desde su experiencia, liderando un grupo fijo de 100 personas aproximadamente, asegura que la relación amorosa es lo que atrae a los “fans”: “Siento que la historia cautivó por el romance imposible entre un ser que se alimenta de la sangre y que es capaz de parar su sed por una humana. Es tan utópico que las chicas tienden a soñar, a ilusionarse o ponerse en el lugar de la protagonista”.
Para Esteban Conte, presidente de la comunidad Crónicas Vampíricas (novela escrita por L.J. Smith), la fórmula es sencilla: fantasía + romance + personajes adolescentes = éxito rotundo. Aunque la saturación puede darse si las tramas no varían y, en algunos casos, esto ya se está notando. “Lo malo es que las historias tratan de copiar la esencia de “Crepúsculo”. Lamentablemente las autoras no están teniendo imaginación. Los libros se están escribiendo en base a un tema parecido y algunos son repetitivos”, explica, por su parte, este joven, de 17 años, que confiesa ser seguidor de los libros de L.J. Smith por los componentes del misterio y el triángulo amoroso que se desarrolla.
EL ELEMENTO DE “JUVENTUD” ETERNA
Bien lo dice Pérez Martínez, doctor en Literatura por la Universidad Complutense de Madrid: “Eso es lo atrayente porque las dificultades para poder amar, el no encontrarse con la amada o no ser correspondido están presentes tanto en“Romeo y Julieta” como en “La Ilíada”. El éxito de la historia es tener la sensibilidad para tocar el tema”. Aunque quizá lo que buscan los jóvenes que consumen esta onda vampírica es poder fantasear. Quizá lo que buscan es ser Edward Cullen y tener la impresión de que la juventud puede ser para siempre.
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