Bella:
¿Cómo puede la vida cambiar de forma tan drástica y amarga? ¿Será eso lo que sintió mi padre cuando lo abandonamos?
Jacob destrozó a James… yo sólo ayudé en el factor numérico tal vez un minuto o dos… la furia dejó paso a la desesperación de saber que René estaba muerta… que ahora si, en forma definitiva y rotunda… estaba sola. Había elegido ser el monstruo que era únicamente para estar con ella y ahora no había un porqué.
Edward se me acercó y lo rechacé de plano...
—Soy un V A M P I R O, Cullen… no te lo explicó tu amigo el lobo? Como sangre!!! Acaso quieres morir???!!! —Estaba tan histérica que traté de aplacar mi rabia desquitándome con él.
—Cualquier “tonto” humano como yo puede darse cuenta que lo que acaba de pasar te supera, no importa lo que digas… estoy aquí y no me iré.
—Eres un suicida.
—Soy un hombre que quiere ayudarte.
Callé y bajé la vista, quería decirle “gracias… lo necesito” pero no me salió. Él se quedó a mi lado igual, y me agarró la mano helada acariciándome los nudillos despacio.
—No pensé que fuera tan fácil deshacerse de ustedes. —me dijo Jacob.
—Inténtalo conmigo “perrito” y verás que tal te va.
—Tranquila Bonita… escuchaste al Gran Brujo… no puedo tocarte… creo que si no hay tres no hay trilogía no?
—No creo que sea momento para sornas.
—Ok… ok… lo que quiero decirte Bonita es que eres un “vampiro bueno”. Tal vez para ti no tenga mucha importancia, pero si el Gran Brujo lo dijo es que trae cola. Esta profecía tiene siglos… muchos siglos y los secretos no se guardan mucho tiempo por nada.
—Pregúntale a tu Brujo porque no pudo salvar a mi madre entonces. —él me miró confuso, pero después centró su vista en Edward un par de segundos y dijo:
—Perdona… no lo sabía… siento mucho lo de tu madre.
Dio un par de vueltas, terminando de ocultar los restos destrozados de James, mientras Edward permaneció sentado a mi lado… podía sentir de tanto en tanto como su piel se llenaba de escalofríos debido a mi temperatura y como sus dedos se volvían cianóticos sobre los míos. Aún así no me soltaba, ni dejaba de hablar de un montón de tonterías sobre Forks tratando de entretenerme.
Lo peor de todo es que yo tampoco quería que me soltara… a pesar del dolor que sentía no me era ajeno el cuerpo tíbio que me abrazaba a medias, ni la necesidad de sentirme protegida, no por cualquiera, si no por “él”.
—¿Nos vamos? —preguntó Jake.
—Si… el tema es ¿dónde?
No lo necesitaba, pero Edward me ayudó a levantarme y distraídamente retuve entre mis manos las suyas hasta que no tuve más remedio que dejarlo ir..
—El Gran Brujo dijo esta mañana que un “Frío” sería el fin de los “Frios”… y asi como veo la película Bonita, esa eres tú. Dijo que debía convencerte de quedarte aquí y de ayudarte, que unos Volturi vendrían tras de ti después de haber roto el sello. Es todo lo que se… tal vez con eso se te ocurra algo.
—¿El sello? ¿El sello se ha roto?
—Odio cortar el idilio, pero creo que deberíamos irnos a “algún lugar”, porque que yo sepa el James ese no está solo no? La pelirroja debe andar por aquí. —nos recordó Edward.
Jacob asintió, nos subimos en la camioneta y él arrancó. Sin preguntar siquiera se dirigió a La Push.
—No es por nada perrito… pero…
—No vuelvas a llamarme así sanguijuelita… —me interrumpió.
—Tranquilos los dos. —dijo Edward— O creo que no pasaremos de un día en este menage a trois de fantasía.
No me gustó el comentario de Edward, pero tenía razón. Suspiré y me dejé llevar, tratando de repeler de mi nariz el olor a pelo mojado que crecía mientras nos acercábamos.
—¿Cuantos de ustedes hay en la reserva? No es por nada, pero no es que me sienta muy “segura” rodeada de licántropos adolescentes.
—Ni idea… déjame aclararte Bonita que hoy acabo de “nacer”…
—Jajaaajaaa amigo, nunca pensé que tuvieras tanto vello. —bromeó Edward.
—Pensándolo bien me importa poco… no me vendría mal terminar con todos estos años de vivir en este monstruo.
—Espera… acaso quieres decir que te gustaría que los amiguitos de Jacob te hicieran lo mismo que él hizo a James? — me encogí de hombros y no respondí
“Eres cruel Bella…” escuché la voz de Edward en mi cabeza y lo miré inquisidora “… me romperías el corazón si te fueras”.
Bajé la vista y no respondí de ninguna manera lo que él había dicho, mis emociones y mi cordura no estaban lo suficientemente atentas como para no perder en el jueguito de conquistar al vampiro… sólo pensé en él, y en la mirada que me cautivó la primera vez que lo vi… “ojalá algo de esto hubieras sido distinto… si yo fuera humana Edward Cullen… me hubiera derretido por lo que acabas de decir”
Edward:
¿Cómo es posible que no sienta repulsión al ver una escena tan sangrienta? O sea… Jacob acaba de destrozar a otro hombre y Bella parece tan animal como él, dominada por una furia sobrehumana, grosera… cruel.
¿Quién será René? Será que lo que le dije sobre ella desató tanta rabia que transformó esa mujer hermosa a la que estaba admirando en silencio… en… “esto”? Y qué demonios es lo que me empuja hasta ella ahora, estando incluso ensangrentada… enojada, desencajada de rabia… pero al mismo tiempo tan visiblemente vulnerable y sola…
Me rechazó a manotazos ni bien me le acerqué, y debo reconocer que su fuerza es obvia porque estuvo a punto de romperme el brazo sin proponérselo.
—Soy un V A M P I R O, Cullen… no te lo explicó tu amigo el lobo? Como sangre!!! Acaso quieres morir???!!!
Temblé cuando la oí… pero no de miedo… su dolor podía palparse en el aire y me ganó la impotencia de sentir que nada de lo que dijera podría contenerla. Hubiera sacrificado cada uno de los momentos de felicidad de mi vida por evitar al menos algo del dolor que sentía en ella ahora. Respondí sin pensar…
—Cualquier “tonto” humano como yo puede darse cuenta que lo que acaba de pasar te supera, no importa lo que digas… estoy aquí y no me iré.
—Eres un suicida.
—Soy un hombre que quiere ayudarte… ─le dije, y de inmediato… mientras ella me miraba con una mezcla rara de rabia y dolor, pensó: “gracias… lo necesito”… y le agarré la mano en un impulso. Su piel eras tan fría y al mismo tiempo tan atrapante que no la dejé a pesar de que los dedos se me amorataban de la hipotermia.
Jacob le dijo un par de cosas, y sé que ella contestó… pero no podía hacer otra cosa que mirarla, hasta que Jacob interrumpió.
“Hey amigo… te atrapó la Bonita? o es una de tus tácticas?”
“No seas idiota Jake… ¿no ves que está hecha jirones? ¿Quién es René?... se puso como loca cuando le dije que James dijo que fue fácil… matarla…”
“¿Eso hizo James?”… Jacob la miró con lástima y dijo:
—Perdona… no lo sabía… siento mucho lo de tu madre.
Le apreté las manos más fuerte a Bella cuando lo oí. Comencé a decir un montón de tonterías con el afán de entretenerla y tal vez de entretenerme también, mientas buscaba encajar alguna de todas las piezas de ese día de pesadillas, queriendo en parte que realmente fuera eso, y en parte que continuara porque si deseaba que Bella fuera real.
—¿Nos vamos? —preguntó Jake.
Y suspiré hondo mientras la ayudaba a incorporarse y soltaba su mano por obligación. Jacob volvió a decir algo de su Brujo y de unos Volturi algo, pero no le preste atención contrándome solamente en ella… hasta que recordé a Victoria.
—Odio cortar el idilio, pero creo que deberíamos irnos a “algún lugar”, porque que yo sepa el James ese no está solo no? La pelirroja debe andar por aquí. —dije, y nos pusimos en camino a La Push.
Bella y Jacob pelaban de tanto en tanto y debo admitir que a mí me molestaba que ella hablara con él y no conmigo.
—Tranquilos los dos. O creo que no pasaremos de un día en este menage a trois de fantasía.
Ambos parecieron resignarse al comentario…
—¿Cuantos de ustedes hay en la reserva? No es por nada, pero no es que me sienta muy “segura” rodeada de licántropos adolescentes.
—Ni idea… déjame aclararte Bonita que hoy acabo de “nacer”…
—Jajaaajaaa amigo, nunca pensé que tuvieras tanto vello. —bromeé tratando de meter algo de conversación que evitara una nueva exclusión.
—Pensándolo bien me importa poco… no me vendría mal terminar con todos estos años de vivir en este monstruo.
—Espera… acaso quieres decir que te gustaría que los amiguitos de Jacob te hicieran lo mismo que él hizo a James? — le dije
“Eres cruel Bella… me romperías el corazón si te fueras”. Le dije con el pensamiento y fue obvio que ella me escuchó en su mente. Pensó en mi y en la loca carrera de la madrugada, cuando toda esta locura empezó... “ojalá algo de esto hubieras sido distinto… si yo fuera humana Edward Cullen… me hubiera derretido por lo que acabas de decir”.
Y me derretí yo.