Veredicto
Parte I
Era tan extraña y tan injusta la manera en que las situaciones podían cambiar en un lapso de tan poco tiempo. Bien, el tiempo era una verdadera desventaja, solía pensar que lo era solo para los humanos, Yo no cambiaba y el tiempo solía pasarme desapercibido, no le daba la más mínima importancia. Mas, Hace unos meses, sentía como si este se hiciera mucho más lento de lo ya era para un ser normal…Más sofocante y doloroso. Unos minutos atrás; glorioso, los segundos más cortos, pero impregnados de una dicha casí casí…infinita.
Y ahora… Solo me resultaba impredecible, frustrante y de alguna manera…si se podía decir; Dichoso… Aún estando plenamente conciente de lo que seguramente nos aguardaría cuando cruzáramos aquel callejón oscuro…escoltados como si fuéramos unos criminales sentenciados. No pude evitar sentir regocijo al sentir mi cuerpo, mi ser…completamente curado. Ya no existía pesadumbre, dolor, agonía o ardor en aquel espacio frió que ocupaba mi pecho, era como si aquella tortura jamás hubiera existido. No quedaban marcas ni cicatrices…simplemente, era como si nunca hubiera estado ahí… Lo único que sabía, era que ELLA, estaba viva, conmigo…la apretaba fuertemente contra mí mientras nos seguíamos abriendo paso entre las paredes oscuras.
Moría por saber lo que pensaba, y estoy seguro de que ella necesitaba también varias respuestas, lo veía en su rostro crispado por el miedo y la incertidumbre. Le negué con la cabeza. Si salíamos de esta… le daría todas las respuestas que ella quisiera, y mucho más que eso…
La caravana siguió circulando, Alice…que parecía saber mucho más de lo yo ignoraba…caminaba sin pesar ni emoción alguna delante de nosotros, siguiendo los pasos de Jane. Sentía curiosidad…bastante, lo suficiente como para no poder esperar a preguntar en otro momento. ¿Qué rayos había sucedido?, ¿Qué conclusiones debió de haber tenido aquella visión que, se suponía, había sido la muerte segura de la razón de mi vivir?...
Intente no temblar al recordar mi situación hacia un día en Río de Janeíro.
—Bien, Alice —comencé con un tono neutro, como cualquiera que hubiera usado al inicio de una simple conversación—. Supongo que no debería sorprenderme verte aquí.
—Ha sido error mío —contestó Alice en el mismo tono—Mi Visión no fue del todo perfecta, debo decir, más bien incompleta. Vaya que lo lamentamos todos, me siento culpable Era mi responsabilidad haberlo hecho bien.
— ¿Qué ocurrió? —pregunté, una vez más con tono neutro…aunque por dentro estallaba la curiosidad.
—Es una larga historia —los ojos de Alice se deslizaron sobre Bella y se dirigieron hacia otro lado —. En pocas palabras, ella saltó de un acantilado, pero no pretendía suicidarseParece que últimamente a Bella le van los deportes de riesgo.
-Muy bien, se que te mueres por una explicación. Aquí va la nota informativa -Alice comenzó a informarme- No es que quiera hacer más ‘ameno’ este momento. Pero, ¡Te lo advertí!. Y espera…no has oído aun el resto, ¿Qué va?....Esto te va a encantar; Tu queridísima presa, a la que estuviste rastreando hasta el otro extrems del mundo, regresó a Forks… ¡Espera!, ¡no se te ocurra hacer una escena aún!. Bella estuvo a salvo todo el tiempo, obviamente no gracias a ti-Rodeé los ojos, y si era posible, intente retener mi furia- Y a esto viene la explicación de porque mi error. Bella tiene un amiguito muy ‘simpatico’. Si pensábamos que ella era un imán para los problemas, pues te informo que también lo es para las criaturas Míticas. Bella es amiga de Jacob Black; Un licántropo apenas iniciado. Deberías agradecerle, gracias a el Bella sigue aquí…Aun, y no en el fondo del mar o en el estomago de Victoria.
—Mmm — fue lo único que logré pronunciar. No estaba seguro de arrepentirme de haber preguntado, y era obvio que el toque sutil de Alice al relatar los sucesos daba mas para remarcar mis errores y hacerme sentir; o más culpable…o más furioso… Nunca debí apostar en contra de Alice, al parecer…ella siempre tiene y tendrá la razón en todo lo que presagiaba., cosa que odio por completo. De haberla escuchado…de haber razonado con ella aquella noche en mi Auto cuando me fui de Canadá….
No tenía caso lamentarme, pero fue algo inevitable para mi. ¡Y yo pensando que la dejaba segura!, ¿¡A caso no estaba consciente de lo peligro que ella se acarreaba sola aún sin mi presencia?!, ¿Cuántas veces tuve que salvarla de peligros Humanos cuando la conocí?...¡Pero claro!, un accidente y el Caballero la deja a su suerte….Con una maldita vampira sedienta de venganza y una manada de lobos inmaduros como su único recurso….
No debía sentir repulsión contra ellos, o más bien contra Jacob Black, el amigo de Bella con la mente más escandalosa que haya leído... Pero los sentimientos de celos, envidia y enojo me embargaron al ser el…EL y no YO, quien le salvará la vida de ese acantilado…e hubiera tomado mi lugar como protector de su frágil vida Humana contra Victoría.
...Eso iba a cambiar-pensé-Volverás a su lado…Todo va a cambiar- Bufé mentalmente…Claro, si sobrevivimos.
Fueron los castañeos de dientes y los ligeros temblores de Bella, los que me hicieron salir de aquel debate interno. Estaba fría…y el apretarla contra mí no le ayudaba en lo absoluto. Me separé de ella. Pero esta se negó a hacerlo, se abrazó de mi una vez mas, como quien teme perder algo, y siguió su camino sin importarle el gélido frío que yo despedía…Froté mi mano contra sus brazos, para así, darle tan siquiera un poco de calor…
Seguimos el camino, ya habíamos entrado al palacio…estaba seguro de ello porque reconocía aquella habitación decorada como si fuera la recepción de una bonita oficina…Alec ya no estaba esperando ahí.
—Jane...
—Alec —repuso ella mientras abrazaba al joven. Intercambiaron sendos besos en las mejillas y luego nos miraron a nosotros.
—Te enviaron en busca de uno y vuelves con dos... y medio —miró con curiosidad a Bella la acerqué más a mi sin que ella se percatara—Interesante…Ella debe de ser Buen trabajo.
—Bienvenido de nuevo, Edward —Alec se dirigió a mi, con ese fastidioso tono educado y hospitalario—Pareces de mucho mejor humor.
—Un poquito —admití, apostaba a que, aunque me encontrará frustrado, asustado, mal humorado y con la culpa más grande que uno podría cargar a las espaldas. Sin duda era mucho mejor que el Sentimiento gélido y de frialdad que mostraba mi rostro la primera vez que me encontré con Alec y la demás guardia.
—¿Y ésta es la causante de todo el problema? —preguntó con incredulidad. Más la respuesta ya la tenía en su mente desde que entramos a aquella sala… Me limite a sonreírle afirmándoselo. Mas la sonrisa se me heló al instante
Heidi tiene que concedérmela.. ¡se me hace agua la boca!, ¡ya quiero probarla!
—¡Me la pido primero! —intervino Félix con suma tranquilidad desde detrás A ver si así te enciendes Idiota
Oh…claro que estaba encendido, más bien…estaba ardiendo. Que fácil sería pelear aquí y ahora. Proferí un gruñido…Más traté de recordarme a quien sostenía a mi lado y de quien no iba a alejarme ni un solo centímetro más. Félix sonrió. Su mano estaba levantada, con la palma hacia arriba. Curvó sus dedos dos veces, invitándome a iniciar una pelea.
Estaba a punto de aceptar la invitación
—Paciencia —me advirtió Alice.
—Aro se alegrará de volver a verte—Habló por fín Alec…
—No le hagamos esperar —sugirió Jane.
No hubo vacilación de parte nuestra, asentí sin más y tome a Bella para cruzar la puerta de aquella antecámara que nos conduciría hacia donde se encontraban Aro, Cayo, Marco y la demás guardia. Ya podía escuchar sus mentes. Llegamos a donde ellos ya nos estaban esperando. En la mente de Jane solo podía oírse regocijo y alegría por su trabajo. Moría por escuchar las felicitaciones y apreciaciones de su amo. El ego; era sin duda la carta de identificación de los Vulturis.
Los pensamientos de Jane se volvieron más escandalosos cuando Aro feu hacia ella, pronunció las palabras que la pequeña deseaba oír y depositaba un Beso (que me pareció por completo insulso de ver), para luego dirigir la atención hacia nosotros.
—¿Lo ves, Edward? . ¿Qué te dije yo? ¿No te alegras de que te hayamos denegado tu petición de ayer? —Aro estaba más que maravillado, en su mente solo se leían dos cosas; La pieza valiosa que deseaba reunir a su colección aun seguía con vida y de pilón, había encontrado otras dos igual de atrayentes.
—Sí, Aro, lo celebro —admití, receloso apreté más a Bella contra mi, deleitándome, aunque fuera en el mejor momento, de la sensación que me embargaba cuando la tenía junto a mí. Si era posible, JAMÁS la volvería a soltar.
—Me encantan los finales felices. Son tan escasos —Aro suspiró—. Eso sí, quiero que me cuenten toda la historia. ¿Cómo ha sucedido esto, Alice? —volvió hacia Alice, los ojos empañados y llenos de curiosidad—. Tu hermano parecía creer que eras infalible, pero al parecer cometiste un error.
—No, no, no soy infalible ni por asomo —mostró una sonrisa deslumbrante. Estúpidos Licántropos apretó con fuerza los puños—. Como pudieron ver hoy, a menudo causo más problemas de los que soluciono.
—Eres demasiado modesta . He contemplado alguna de tus hazañas más sorprendentes y he de admitir que no había visto a nadie con un don como el tuyo. ¡Maravilloso!
Ella me miró interrogante; ¿De qué Rayos está hablando? Pensó.
Aro lo notó
La charla continuó con las explicaciones de mi Don; las cualidades y defectos de el de Aro, y remarcó una vez más….lo útil que le sería yo al percibir los pensamientos de los demás sin tener que ofrecer un contacto físico.
Fue la entrada de sus hermanos; Marco y Cayo. Lo que no interrumpió la platica de la “comparación de Dones” y la indirecta de “Edward únete de una vez a nosotros”. Los dos vampiros entraron con gracia.
—¡Marco, Cayo, miren! —Canturreó Aro—. Después de todo, Bella sigue viva y Alice se encuentra con ella. ¿No es maravilloso?
¡Una humana!, ¡ AQUÍ!. Aro va a conseguir sacarme de mis casillas un día de estos...es tan conciliador
Bah…¡Un momento! Los pensamientos aburridos de Marco dieron un cambio terriblemente drástico. Cualquiera que lo viera a simple vista; sabría que seguía aburrido. Más sus pensamientos solo se concentraban en una cosa. Ahora Marco estaba escaneándonos a Bella y a mí.
Su mente dio un sonido de gran asombro; luego se dirigió a una imagen poco clara; Una Mujer, mas bien una vampiresa…Observándolo a el, con esos ojos tan conocidos por mí; el mismo brillo que mostraban los de Bella cuando me veía. Estaban en aquel recuerdo que se hizo luego oscuro. Lo último que Marco pensó antes de volver a su aburrimiento fue; Dídima
—Conozcamos la historia—canturreó Aro, tomando mientras Marco le extendía su mano para ir este la tocara y conociera su opinión. Cayo solo se limitó a sentarse en su trono y esperar de mal humor.
Es una relación bastante Fuerte, de parte de ambos. Estos casos son tan…. Inusuales.
Aro solo hizo una mueca y enarcó la ceja; ¿Por qué no me sorprende?, pero precisamente de la ‘Tua Cantante’ Creo que a este muchacho le encanta desperdiciar todo lo que tiene valor..
Resoplé.
.
—Gracias, Marco. Esto es muy interesante Mira que lograrte sacar la palabra ‘Inusual’, ¡Esplendido! —Asombroso, realmente increíble.
El rostro de Alice evidenciaba su descontento. Es de mala educación lo que están haciendo… ¿A caso estoy pintada?
—Marco ve las relaciones y ha quedado sorprendido por la intensidad de las nuestras.
Aro sonrió.
.
—Resulta difícil de comprender, eso es todo, incluso ahora —Aro caviló mientras estudiaba el brazo que utilizaba para rodear a Bella De verdad increíble—. ¿Cómo puedes permanecer tan cerca de ella de ese modo?
—No sin esfuerzo —dije la mitad de la verdad. Me sorprendí un poco, he de admitir…El Esfuerzo, ya no era tan grande como antes solía ser. Es más; estaba seguro de poder permanecer a lado de Bella 6 semanas y aun sin haberme alimentado lo suficiente y ella ya no correría peligro. Hoy Me había superado…. Y No estaba entre mis planes hacer que Aro se enterara de que Había vencido a la irresistible Tua Cantante…
—Pero aun así... ¡La tua cantante! ¡Vaya despilfarro!
Reí, más no por gracia…fue un simple reflejo después de mis cavilaciones y la mención de ‘mi cantante’… Si Aro se enterara de mi nuevo logró…
Me rehusé a pensar en aquello.
—Yo lo veo más como un precio a pagar..
—Un precio muy alto.
—Simple costo de oportunidad.
— Este chico es tan gracioso No hubiera creído que el reclamo de la sangre de alguien pudiera ser tan fuerte de no haberla olido en tus recuerdos. Yo mismo nunca había sentido nada igual. La mayoría de nosotros vendería caro ese obsequio mientras que tú...lo cambias por un sentimientos febril que bien podría durar tan poco Lo…
—... lo derrocho —completé sus pensamientos.
Aro rió una vez más.
—¡Ay, cómo echo de menos a mi amigo Carlisle! Me recuerdas a él, excepto que él no se irritaba tanto Tenía ese hermoso Don de negarse a los placeres de la vida.
—Carlisle me supera en muchas otras cosas.
—Jamás pensé ver a nadie que superase a Carlisle en autocontrol, pero tú le haces palidecer.
—En absoluto —
Esto comenzaba a desesperarme, ¿Era costumbre de los Vulturis entretener así a los condenados?. Pensé que la única experta en tortura aquí se llamaba Jane… Intenté soportar su ‘amena’ charla un poco más. Con suerte, tal vez podríamos aprovecharnos de las apreciaciones de Aro para con nosotros.
—Me congratulo por su éxito —Aro reflexionó—. Tus recuerdos de él constituyen un verdadero regalo para mí, aunque me han dejado estupefacto. Me sorprende que haya... Me complace que el éxito le haya sorprendido en el camino tan poco ortodoxo que eligió. Temía que se hubiera debilitado y gastado con el tiempo. Me hubiera mofado de su plan de encontrar a otros que compartieran su peculiar visión, pero aun así, no sé por qué, me alegra haberme equivocado. No me malinterpretes Edward. Tu mejor que nadie sabe lo mucho que apreció a tu padre…solo permíteme exponerte mis opiniones.
Permití que continuara
—Pero ¡su abstinencia...!. No sabía que era posible tener tanta fuerza de voluntad. Habituarse a resistir el canto de las sirenas, no una vez, sino una y otra, y otra más... No lo hubiera creído de no haberlo visto por mí mismo. Sobre todo en tu caso, mi querido muchacho. Podría decir que comprendo el esfuerzo…Resistirse a tan hermoso y dulce canto de la sangre de esta jovencita… Juro que si no fueras hijo de mi querido amigo.
El rumbo de los pensamientos de Aro me pusieron enfermo. La imaginación solo duró un segundo…El degustar la dulce sangre de Bella.
…Yo ya me estaba planteando la manera de matarlo.
Lo siento…no pude evitarlo
—Sólo de recordar cuánto te atrae ella.... Me pone sediento.
Me tensé. Estuve a punto de saltarle encima.
—No te inquietes. No tengo intención de hacerle daño Sabes que me es imposible mentirte precisamente a tí, pero siento una enorme curiosidad sobre una cosa en particular Esta muchacha me llama tanto la atención. Me pregunto si su peculiaridad funciona solo con un lector de mentes—Miro a Bella con los ojos resaltado de curiosidad—. ¿Puedo? —preguntó con avidez al tiempo que alzaba una mano.
—Pregúntaselo a ella—respondí con aprensión.
—¡Por supuesto, qué descortesía por mi parte! …Bella, me fascina que seas la única excepción al impresionante don de Edward... Una cosa así me resulta de lo más interesante y, dado que nuestros talentos son tan similares en muchas cosas, me preguntaba si serías tan amable de permitirme hacer un intento para verificar si también eres una excepción para mí.
Me miró, el terrible miedo era presente en sus ojos y la incertidumbre me volvió a golpear de una manera tan injusta. ¿A quién miraba con terror?, ¿A Aro o a mí?, ¿Estaba en shock y por eso no pronunciaba palabra?... ¿Qué consecuencias traería esto después?.... e prohibí a mi mismo sentir mas pesadez al darme cuenta de que ella pasaba un mal rato; una vez más…por mi causa.
Asentí una sola vez, dándole lo que seguramente ella buscaba: Mi autorización. Y rogué porque Aro no le fuera inmune y poder conocer lo que Bella pensaba ahora y siempre pensó de mí.
Con manos temblorosas y lentamente…se dejó tocar por Aro una sola vez.
No puede ser. Nada…absolutamente nada.
—Pues sí, muy interesante —respondió este tratando de aparentar la ofensa que eso le causaba. No pude evita sentir alegría y, por supuesto, quise presumir que, tal vez no podía leer la mente de Bella por completo…pero era un excelente lector de sus expresiones, Cosa que Aro no podía hacer en ese momento.
Quise presumir y me regocije desde adentro. Aro lo notó, sacudió la cabeza con una media sonrisa. Fue cuando un simple pensamiento desarmó mi victoria silenciosa que todos los demás ignoraban.
—Lo primero... Me pregunto si es inmune al resto de nuestros dones... ¿Jane, querida? No he conocido a alguien que pueda burlar el terrible dolor de Jane. Me preguntó si esta niña lo logrará o pedería que la maten al experimentarlo.
— ¡No! —gruñí por fuera y dentro de mí con toda la furia que podía descargarse en la negación. ¡Oh No!, ¡Por supuesto que no!. Esto era llegar demasiado lejos… ¿Qué Aro no había visto nada en mi mente que pudiera hacerle ver el error y la tortura que eso podría causarme?, Tendría que ser más inteligente. Tendría que saber que preferiría que me mataran mil y una veces más, que dejar que la mente dolorosa de Jane se concentrara siquiera un segundo en causarle daño a Bella.
Tranquilízate, Bella puede que sea inmune a ella…Cálmate, esto no nos ayuda. Alice me retuvo contra ella, pero me la sacudí de inmediato.
La menuda Jane dedicó una sonrisa de felicidad a Aro.
—-¿Sí, maestro?
Comencé a Rugir mas y más, los sonidos salían desde los más profundo de mis pulmones y llegaba a sentirlos desgarrar mi garganta, Jamás estuve más furioso, ¡¿Estaban apostando a ver quien era capaz de causarme más furia?? ¿¡Cuál era el maldito premio premio!?,. Si Félix con sus comentarios estúpidos, superficiales y ególatras, Jacob Black con su finta de nuevo protector de Bella y salvador del momento dejándome a mi como un tonto… O Aro con sus pruebas idiotas y su ansia por ver si la cosa más valiosa que a pasado por mi vida puede soportar el infinito dolor de una de sus brujas que tiene como aprendíz.
Lo Veía en la mente de Aro, y también de la de esa pequeña bestia… A MI Bella gritando de dolor, pidiendo a gritos que la mataran… que hicieran lo que fuera por aminorar la tortura y el ardor que el don de Jane le provocaba.
Jane se volvió hacia nosotros con una sonrisa beatífica en los labios.
No pude resistirlo más, las flamas de la ira me quemaban por dentro mientras esa vampira me volvía a repetir su imaginativa intuición. No tenía sangre, pero la sentí hervir…La quería matar, la mataría antes de que intentara siquiera concentrarse en el rostro de Bella.
¿Te gusta lo que ves?
Con la ira febril en mis venas…me lancé sobre ella.
Veredicto
Parte II
Caí al suelo.
No tuve mucho tiempo para analizar lo que estaba pasando. El ardor que sentía en Todo mi cuerpo me impedía cavilar aunque fuera la más minima idea. Era verdaderamente aterrador, quemaba Era doloroso. Tal vez igual al ardor al sentir mi piel quemarse cuando me transformé…Tal vez aun peor. Llegó el momento en que sentí miedo…Jamás había experimentado malestar físico o algo parecido desde que vivo como Vampiro. Llegué a pensar en gritar de un momento a otro. Moví la cabeza y me retorcí aguantando la quemazón que emanaba por todo mi cuerpo. Fue cuando la ví.
El rostro de Bella, lleno de miedo y sufrimiento. Las ganas de gritar se esfumaron por completo, y...recordé que aun con la sensación de arder en llamas ó ser mutilado lentamente por otro vampiro. Era nada…absolutamente NADA, comparado con el dolor que sentí al creer haberla perdido. El don de Jane se quedaba muy corto…no exsitía comparación. Para mi no hubo peor castigo y tortura que aquella que sentí al recibir esa llamada telefónica, al sentir aquel agujero y vacio frío en todo mi pecho….
Me había creado la experiencia en soportar cosas peores. Eso me ayudó a aguantar en silencio.
— ¡Basta! —escuché su voz desesperada, cargada de temor y pesadumbre. La miré de un momento a otro y allí esta una vez más…mirándome a mí, temiendo por mí. Cuando debería estar haciéndolo por si mima al ser tan vulnerable en este lugar. Alice la sujetaba contra ella, evitando que se interpusiera entre ella y Jane…
Bella quería protegerme…. Cuando era mi obligación el cuidar YO de ella.
Me sentí impotente. Lo último que quería es que me viera así…
Débil y Poco fuerte
—Jane…—la mirada sonriente de Jane se alejó de mí, mientras sentía como la llamas disminuían por completo. Alice se acercó a mí y me tomó en brazos. Estaba aturidido, pero mas que eso Asustando, Aterrorizado. Ya no abría manera de proteger a Bella de Jane….Alice y yo no podríamos.
Jane estaba a punto de concentrarse para volver a empezar
—Se encuentra bien—le susurró Alice. Pude notar la mirada de alivio y la poca importancia que le dio a la presencia de Jane. ¡¿Qué demonios importaba yo en ese momento?!, ¡Era a ella a la que iban a torturar y ella solo se preocupaba porque yo estuviera mejor!...
…¿¡por qué su alma tiene que ser así?!, ¿¡Porque Bella tiene que ser tan pura y buena incluso en estos momentos?!
Me incorporé y, más asustado que como nunca lo he estado; volví a rezar por segunda vez en ese día. Que sea inmune, no permitas que sienta dolor…No permitas que la toque Imploré al encontrarme con sus ojos color avellana, los de ella llenos de duda y temor al saber que iba a pasar. Y los míos, más que aterrorizados.
Juro por todo lo que es bendito que me alejaré de ella para siempre, sin importar que me pase después con tal de no verla jamás sufrir…
Que no le hagan daño, que no la lastime….
¡Qué rayos!…No puedo hacerle nada!...Maldita sea ¿Qué esta pasando aquí?. ¿Por qué no grita de dolor
Grande…Infinito el Alivió. Una vez mas…di miles de Gracias al Cielo.
Regresé a su lado inmediatamente, esta vez….n me separaría más de ella.
—Ja, ja, ja —Aro estalló en una carcajada—. Has sido muy valeroso, Edward, al soportarlo en silencio. En una ocasión, sólo por curiosidad, le pedí a Jane que me lo hiciera a mí... terrible, verdaderamente doloroso. Magnifico Don el de Jane Sacudió la cabeza admirado Esto solo me recalca lo que yo ya se Edward ella es una joya
—¿Qué vamos a hacer con ustedes? —se preguntó en voz alta al mismo tiempo que se hacia esa pregunta en su mente.
Por fin, el momento había llegado… Alice lo notó también y buscó algún futuro para nosotros. No encontró nada….las decisiones aun no se habían tomado.
Bella comenzó a temblar
—Supongo que no existe posibilidad alguna de que hayas cambiado de parecer, ¿verdad? —preguntó Aro, solo a mi—Tu don sería una excelente adquisición para nuestro pequeño grupo.
¿¡Qué?!, ¡¿Aun quiere que ese payaso se una a las filas?! Pensó Félix enervado.
MMM…Piénsalo bien Edward Cullen…Los pensamientos de Jane era sombríos y malvados Siempre puedo intentar concentrarme en ELLA….sabes que mi don no es lo único que me hace ser temida.
Por supuesto, las amenazas de Jane…lejos de hacerme temblar, solo lograron fomentar más mi odio por ella. Sabía bien que mi ego era grande, a mi nadie me amenazaba. Jamás permitiría que le pusiera un solo dedo a Bella aun si retaba a Jane. Y, de cualquier manera mi resolución era que prefería vivir toda mi vida con sed y oscuridad antes de unirme a esa secta de porquería…
El Enfado me hizo articular las palabras con esfuerzo.
—Preferiría... no... Hacerlo.
—¿Y tú, Alice? —inquirió Aro, aún expectante—. ¿Estarías tal vez interesada en unirte a nosotros?
—No, gracias Ni aunque me ofrecieran toda la ropa del mundo—dijo Alice.
— ¿Y tú, Bella? Nada Personal Edward. Se que te estoy aguijoneando demasiado…Pero esta muchachita es verdaderamente Impresionante….¡Un Diamante en bruto!, ¿te das cuenta las cualidades que podría tener solo….
Fue Cayo, el que interrumpió lo pensamientos de Aro…Aunque solo para logra hacerme sentí peor.
— ¿Qué?¡Estás Loco!...¡De verdad los piensas perdonar! —Susurró, echando chispas por dentro
—Cayo, tienes que advertir el potencial, sin duda —le censuró con afecto—. No he visto un diamante en bruto tan prometedor desde que encontramos a Jane y Alec. ¿Imaginas las posibilidades cuando sea uno de los nuestros?
¡Esto era el colmo!. Nos les bastaba con aguijonearme con cada comentario, con cada pensamiento impregnado de delicia y antojo que la Sangre que Bella les causaba, El espécimen que les resultaba a varios….Como un conejillo de Indias. ¡No, claro que no!, estaban dispuesto a quedársela para que sirviera a la colección de especímenes de Los Vulturis….Separarla una vez más de mí.
¡Estúpida legión de Vampiros enfermos de podredumbre y poder!.
Los sonidos, casi bramidos, de furia que surgían de mi pecho no le pasaron desapercibidos a Bella.
—No, gracias —dijo con voz quebrada y baja, esperando que con eso mi furia se calmara…que equivocada estaba. El origen de mi enfado no era el temer si ella aceptaría o no. Más bien era la forma de trofeo que Aro veía en ella, el querer poseerla como un premio ganado, una de las más valiosas de sus adquisiciones, después de obtener a Alice y a mí.
Me volvía loco de rabia; Bella era mía…mía y no iba a permitir que sus ambiciones me la arrebataran.
Aro suspiró una vez más.
—Una verdadera lástima... ¡Qué despilfarro! Cayo no va a perdonar esto…y así no me ayudan no podré hacer nada. Sean razonables por el amor del Padre
—Unirse o morir, ¿no es eso? —mascullé aun hirviendo de ira por dentro—. ¡Pues vaya leyes las suyas!
—Por supuesto que no —Aro parpadeó atónito—. Edward, ya nos habíamos reunido aquí para esperar a Heidi, no a ti.
—Aro —bisbiseó Cayo—, la ley los reclama.
¿Qué soy el único cuerdo aquí?, ¡Soy el único que ve esa cosa como lo que es…
No me pude contener…Otro pinchazo. ¿Cuándo iban a dejar de torearme?
—¿Y cómo es eso? —pregunté desafiante.
Cayo señaló a Bella, añadió —Sabe demasiado. Has desvelado nuestros secretos
—Aquí, en su farsa, también hay unos pocos humanos —acusé, acordándome de la sorpresa que tuve al ver ala escandalosa e insufrible humana llamada Gianna .El rostro de Cayo se crispó con una nueva expresión. ¿Se suponía que eso era una sonrisa?
—Sí —admitió—, pero nos sirven de alimento cuando dejan de sernos útiles. Ése no es tu plan para la chica. ¿Estás preparado para acabar con ella si traiciona nuestros secretos? Yo creo que no —se mofó. Me hirvió la cabeza.
—No voy a... —Intervino Bella, pero inmediatamente se calló, al ver que Cayo no era precisamente el Vampiro con el que se podía negociar fácilmente,
—Tampoco pretendes convertirla en uno de nosotros —prosiguió—, por consiguiente, ello nos hace vulnerables. Bien es cierto que, por esto, sólo habría que quitarle la vida a la chica. Puedes dejarla aquí si lo deseas.
Todos comenzaron a revolotear de la emoción, en sus mentes ya se imaginaban el sabor de la sangre de Bella…Esto…esto de verdad me estaba llevando al límite. En un afán de responder a las innumeradas provocaciones que me mandaba, Enseñé mis colmillos.
—Lo que pensaba —concluyó Cayo con algo muy similar a la satisfacción.
Perfecto. Lo que estaba esperando Félix de inclinó hacia delante.
Basta Edward, Aguanta volví a escuchar los pensamientos de Alice tratando de hacerme entrar en razón
—A menos que... —intervino Aro, que parecía muy contrariado— Una pelea ahora sería una estupidez A menos que, ¿albergas el propósito de concederle la inmortalidad?
La cabeza me estaba dando tantas vueltas, lo suficiente como para poderme marear. Tenía que tomar todas las posibilidades, si es que quedaba alguna por supuesto.
— ¿Y qué pasa si lo hago?
Aro sonrió, feliz de nuevo.
—Vaya, en ese caso serías libre de volver a casa y darle a mi amigo Carlisle recuerdos de mi parte. Pero me temo que tendrías que decirlo en serio y comprometerte.
Aro alzó su mano rente a la mía, esperando a que tomara la decisión y averiguar si esta era verdadera.
Me sentía acorralado, contra la espada y la pared. ¿Qué decisión debía tomar?. ¿Qué debía hacer ahora?. Bien, podría negarme….Oponerme a la autoridad de los tres vampiros y pelear hasta que esto me aniquilara. ¿Luego qué?. No existía la mínima oportunidad y solo terminaríamos peor, pero deseaba cualquier cosa, la que fuera con tal de no condenarla a la vida de un Oscuro monstruo. Tal vez, el cielo me pudo haber escuchado este día…pero, ¿Y Si no fuera así?, ¿Y si solamente se tratase de mera suerte? Aun existía en mi la duda de saber si poseíamos un alma, ¿Y si no?, ¿Debía convertirla aun con la incertidumbre de si ella aun tendría otra oportunidad más allá de esta existencia?....Bella nació humana, existía un futuro a seguir para ella. Tenía que vivir, ir a la Universidad…realizar todos sus sueños. Por supuesto; yo la seguiría en cada paso que diera, si ella me quería con ella o vigilar su bienestar si no fuera así.
¿Y si Aro la tomaba?, ¿Y si ella llegara a formar parte de esa oscura secta sedienta de poder y tan ególatra?. La imagen de Bella portando una capa negra, con los ojos rojos como borgoña…en una larga fila junto a la insufrible de Jane y a lado de Félix, esperando por las ordenes de Sus Amos…sin otro propósito más que servirles.
¡No, no Podía arrebatarle la vida de ese modo! No estaba bien…no podía ¡NO!
—Hazlo, por favor—la voz de Bella me susurró al momento en que posé mi miada sobre ella. Suplicante
La miré con gesto de dolor. ¿Era lo que ella en verdad deseaba? , ¿Existían también otras posibilidades?. De pronto, la imagen de mi mente cambió drásticamente, un vistazo al futuro…Y que si ella se quedaba conmigo. Y que si teníamos una eternidad para estar juntos. Bella Y Yo, como una vez lo mencionó ella…equilibrio entre los dos Amarla hasta el final y más allá de eso, sin necesidad de una vida humana finita, sin necesidad de ir corriendo a alcanzarla si el destino decidiera que su vida humana había llegado a su fin…
…Sin peligro para ella si permanezco a su lado.
La oferta era demasiado tentadora. ¿Y por qué no?, De cualquier manera…cualquier cosa, la que fuera con tal de que su corazón no se detuviera, al menos si estaba en mi manos el conservarlo latiendo.
¡Perfecto, Perfecto!... Pensó Alice reteniendo una de sus premoniciones ¡No se te ocurra cambiar de idea, no pienses en otra resolución! No al menos hasta que terminé.
Entonces, Alice se alejó de nuestro lado y se dirigió hacia Aro. Nos volvimos a mirarla. Ella había levantado la mano igual que Aro.
Alice no dijo nada y Aro despachó a su guardia cuando acudieron a impedir que se acercara. Aro se reunió con ella a mitad de camino y le tomó la mano con un destello ávido y codicioso en los ojos.
Inclinó la cabeza hacia las manos de ambos, que se tocaban.
Aro ahora se dedicaba a escanearla. Y pude ver al final la visión que estaba reteniendo. Otra vez Bella…como en muchas otras visiones. Sus ojos estaban bañados de oro mientras se tomaba del brazo junto con Alice, las dos vampiras resultaban a simple vista como hermanas…
…Era nuestras salvación, Aro le creía a Alice
—Ja, ja, ja —rió, aún con la cabeza vencida hacia delante. Lentamente alzó los ojos, que relucían de entusiasmo—. ¡Eso ha sido fascinante!
—Me alegra que lo hayas disfrutado.
—Ver las mismas cosas que tú ves, ¡sobre todo las que aún no han sucedido! —sacudió la cabeza, maravillado.
—Pero eso está por suceder —le recordó Alice con voz tranquila. Al menos por ahora…
—Sí, sí, está bastante definido. No hay problema, por supuesto.
Cayo estaba que echaba humo, mientras que en mi ya había florecido una vez más la esperanza. ¡Perfecto!, ¡Perfecto!, Viviremos. No cabía duda En aquello.
Aro ya nos había perdonado.
—Aro —se quejó Cayo. ¡Conciliador insoportable!
—¡Tranquilízate, querido Cayo! —Aro sonreía—. ¡Piensa en las posibilidades! Ellos no se van a unir a nosotros hoy, pero siempre existe la esperanza de que ocurra en el futuro. Imagina la dicha que aportaría sólo la joven Alice a nuestra pequeña comunidad... Además, siento una terrible curiosidad por ver a Bella entrar en acción. Deben de visitaron en un par de años. Tengo una curiosidad ansiosa de ver como se desarrolla esta jovencita.
Ignoré su primer comentario, tratando de no alterar aun el cuerdo de las cosas, bien podría volver a tomar la mano de Alice y asegurarse de que la decisión seguía en mi pie…debía forzarme a mantener mi resolución, por terrible que pareciera.
—En tal caso, ¿somos libres de irnos ahora?
—Sí, sí —contestó Aro en tono agradable—, pero, por favor, visitadnos de nuevo. ¡Ha sido absolutamente apasionante!
—Nosotros también los visitaremos para cerciorarnos de que la habéis transformado en uno de los nuestros —prometió Cayo,—. Si yo estuviera en su lugar, no lo demoraría demasiado. No ofrecemos segundas oportunidades.
Y ahí va otra vez a provocarme. Contrólate Edward, contrólate
Cayo esbozó una sonrisita de suficiencia y se deslizó hacia donde Marco permanecía sentado, inmóvil e indiferente. Su mente no había proferido el mas mínimo de los pensamientos relacionados con nuestra conversación…
Ya no le importábamos, un punto más a nuestro favor.
Maldita sea, al menos hubieran dejado a la Humana…me muero de sed Félix gimió. Yo me imaginé descuartizándolo.
—Ah, Félix, paciencia .Heidi estará aquí de un momento a otro.
—Mmm. En tal caso, quizá convendría que nos marcháramos cuanto antes.
—Sí —coincidió Aro—. Es una buena idea. Los accidentes ocurren. Por favor, si no les importa, esperad abajo hasta que se haga de noche.
—Por supuesto —acepté inmediatamente. Aunque me ponía bastante ansioso el esperar. Quería sacar a Bella lo más pronto posible de aquí…era desasido aterrados para ella. No sabía que consecuencias traería esto después. A pesar de ser una humana con un nivel poco natural de valentía, esto tendría efectos secundarios.
…Una vez más la culpa de exponerla al peligro regresó a mí, me recordé no tomar las mismas resoluciones, los mismo errores. Esta vez, y las próximas en el futuro, sería mucho más precavido.
—Y toma —Pidió a Félix la capa negro que el portaba. Casi sonreí al escuchar la indignación en sus pensamientos—. Llévate ésta. Llamas un poco la atención.
No tuve más opción, me coloqué la capa negra, esperando poder tirarla en la primera oportunidad, era verdaderamente incomodo portar esa ridícula capa
Aro suspiró. —Te sienta bien. Chico, permíteme soñar
Reí entre dientes, aunque el comentario no me hacia la minima gracias
—Gracias, Aro. Esperaremos abajo.
—Adiós, mis jóvenes amigos —contestó Aro, una vez mas con el empalagoso tono hospitalario y alegre.
—Vámonos —apremié dirigiéndonos a las puertas de madera. Por hoy, habíamos sobrevivido…
…Aunque aun quedaban muchas cosas por decidir.
Masoquismo
—¿Se encuentran bien las dos? —pregunté entre dientes. Aunque conocía a la perfección el estado de una de ellas; Alice estaba en paz, segura de que ya no habría nada que se interpusiera en el camino de regreso a casa. Su mente solo se concentraba en una sola palabra: Jasper.
Mi pregunta en realidad iba con un extraño camuflaje…debí haber dicho; “Bella, amor…Dime por favor que te encuentras bien”. Aún así, ella lucia consumida, completamente aterrorizada, temblando de pies a cabeza…de una manera alarmante. Comencé a sentirme suficientemente ansioso como para tomarla entre mis brazos, apretarla contra mi y escupirle todo el amor que ella provocaba en mi, que todo iría bien de ahora en adelante…Que jamás dejaría que sintiera miedo en lo que restaba de su vida.
Pero. ¿Y qué si formulaba la pregunta tal y como era?, ¿Y si el solo hecho de llamarla ‘amor’ le provocaba más miedo?, ¿Sentiría ella la necesidad de ser abrazada por un vampiro después de la escena que acabábamos de presenciar?...
Los temblores de Bella se hicieron cada vez más fuertes, esta vez acompañados por lamentos, gemidos y sonidos irregulares que se producían desde su pecho.
—Será mejor que la sientes antes de que se desplome —aconsejó Alice—. Va a caerse a pedazos.
—Silencio, Bella, calma — No tuve tiempo de vacilar en si debía ser yo quien la consolara al guiarla para sentarse en uno de los sillones de aquella recepción., Gianna, en el mostrador estallaba de curiosidad. Y para rematarla… estaba recelosa y dispuesta a llamar a sus amos por cualquier estupidez que se le ocurriera.
—Creo que se está poniendo histérica. Quizá deberías darle una bofetada —sugirió Alice. Su tranquilidad me frustro y la impotencia me puso más tenso. ¿Cómo consolarla?, ¿Cómo hacerla sentir mejor cuando yo pertenecía a aquello que la había dejado en estado de shock?. Comenzaba a confundir la necesidad de consolarla y hacerla sentir protegida, con la urgencia e impaciencia que tenía de sentirla conmigo, tocarla… palpar la prueba de que ella de verdad existía, de que estaba conmigo…aquí, viva.
Verla de esa manera, frágil y asustada, no ayudaba absolutamente en nada. Solo hacia que la tentación y la preocupación se hicieran más grande; Le repetí varias veces “Todo esta bien, ahora estas a salvo”. Pero la palabras no hacia el efecto esperado, tendría que ocupar otro medios.
La tomé entre mis brazos, cubriéndola con la capa que Aro me había obsequiado para evitar su contacto con mi frío Pecho.
Fue ahí donde el dolor se hizo delicioso.
Dolor; si, porque sabía de ante mano que ella estaba sufriendo, que ya antes me había planteado que preferiría que me desgarraran desde los más profundo antes de verla derramar aunque fuera la más pequeña de las lágrimas. Lo que a ella le afectaba, a mi me afectaba al triple. He ahí mi masoquismo y mi impotencia. No podía estar tranquilo mientras ella estaba así, pero a la vez….sea como fuera, lo importante era precisamente eso; el verbo “Estar”…Está conmigo Dos simples palabras que le daban un sabor tan dulce al dolor.
Desaprobaba mi egoísmo, pero era imposible de negar
…Yo estaba feliz
—Toda esa gente... —comenzó a decir entre sollozos, recordando la escena a penas presenciada. Una situación que hubiera preferido morir antes de que ella pudiera siquiera imaginársela.
—Lo sé —susurré
—Es horrible.
—Sí, lo es. Habría deseado que no hubieras tenido que ser testigo de esto.
No dijo más. Y me sorprendió el acto de recargarse en mi pecho para secar sus lágrimas y respirar hondo, obligándose a calmarse. Hace unos segundos hablábamos de lo terribles que podíamos llegar a ser los de mi especie, y ella ahora estaba buscando tranquilidad en mí. ¡Dios Santo!, ¡Cuánto Amo a esta Mujer!
Fue la mente de la irritable de Gianna la que me hizo poner los pies en la tierra. Si…tomaré esa excusa… Luego se dirigió a nosotros con ese petulante sentido de profesionalizad y hospitalidad. No entiendo que puede ver en ella. Yo como humana soy un poco más Bonita..
— ¿Necesitan algo? —preguntó
—No —respondí tajante. Como odiaba a cada persona dedicada a este lugar.
…Que genio, Será una chulada de vampiro. Pero su carácter es insoportable.
Perfecto, el sentimiento es Mutuo.
—¿Sabe ella lo que sucede aquí? — preguntó Bella en un susurró, una vez que Gianna estuviera lo suficientemente lejos.
—Sí, lo sabe todo
—¿Sabe también que algún día pueden matarla?
—Es consciente de que existe esa posibilidad —. Alberga la esperanza de que decidan quedársela.
Lo que era una tontería, la fantasía más patética y…al fin y al cabo; la más imposible.
Fue una de las cosas que me había dejado claro Cayo hacia unos momentos. Y lo que pude comprobar en su mente.
Gianna no tendría el destino que ella tanto añoraba.
— ¿Quiere convertirse en una de ellos?
Asentí solo una vez, sabía el rumbo de esta conversación y se me hizo un hueco profundo en el estomago.
—¿Cómo puede querer eso?¿Cómo puede ver a esa gente desfilar al interior de esa habitación espantosa y querer formar parte de eso?
El hueco se hizo cada vez más grande. Oh… Había llegado la hora, Bella por fin veía la realidad de los de nuestra clase, después d tantas veces de haberlo negado. Tal vez hoy sería el día en que saldría corriendo y gritando de espanto…Lejos de mí. Muy sensato, por primera vez en su vida actuaria por su bienestar, como un humana normal que se aleja del peligro….Actuaría bien y sería lo que yo esperaba desde el principio, supo lo que yo era.
Lo sabía, y me lo había planteado muchas veces, que.. a final de cuentas, ese día llegaría…pero, ¿Podía dejarla irse ahora?, ¿Ahora cuando más necesitaba su presencia y el calor de su piel humana?, ¿resistiría una vez más hundirme en las tinieblas que me provocaban su ausencia?, ¿Soportaría el reloj lento…sintiendo como el tiempo se detenía si no estaba conmigo, el hueco ponzoñoso de mi pecho?...
¡Estúpido!, Edward, estúpido!, ¿¡No era eso lo que querías?, ¿No querías que ella se salvara de ti? ¡Acepta las cosas y déjala ir si ella lo desea!….Si, ella era la quien desidia ahora, y eso era lo importante. Nada más.
Espere a que se deshiciera de mi abrazo.
—Ay, Edward —gimoteó al principió, mientras nuevas lágrimas corrían por sus mejillas. Observándome detenidamente, intente indagar alguna chispa de temor en sus ojos. Pero en ellos solo se dibujaba angustia…lejos de aliviarme, me hizo sentir más preocupado.
— ¿Qué sucede? —pregunté y me arriesgué a consolarla de las forma más humana posible, aun teniéndola en mis brazos y palmeando su espalda. Esperando a que formulara la frase. “Quiero irme de aquí”, “me das miedo, por favor dejame ir”…. “Edward, no quiero estar contigo”
Pero en el momento en que sentí sus brazos enroscarse con mi cuello me quede estático, temerosos de que yo los apartara de mí. ¡JA!, ¿qué más sorpresa, regocijo, alivio y paz necesitaba que esto?
—¿No es de locos sentirse feliz justo en este momento? —preguntó con la voz quebrándose. Al instante, y sin medir del todo mi fuerza, la apreté más y más a mi. Irónico, yo pensando en que ella en cualquier momento me pediría que me alejara de ella y ahora SÈ que no soy el único que siente felicidad, a pesar de estar en una situación como esta…ya debería haberme acostumbrado a sus reacciones….es algo que estoy seguro de que nunca haré.
—Sé exactamente a qué te refieres, pero nos sobran razones para ser felices. La primera es que seguimos vivos.
—Sí. Ésa es una excelente razón—coincidió conmigo, más calmada que antes.
—Y juntos —añadí con regocijo, esperando a que ella imitara mi entusiasmo y me dedicara una de esas sonrisas que yo adoraba… Más la expresión que esperaba y la contestación que añoraba nunca sucedió. Se limito a asentir débilmente, como si algo por dentro le doliera…. Pero, ¿qué iba mal?, ¿dónde estaban esos ojos llenos de luz, cargados de belleza cada vez que hacia referencia a nosotros?, ¿A caso algo había cambiado?, ¿Qué era lo que tanto le dolía y escondía de mi?... maldije en mi interior, deseando poder entrar en su mente y asegurarme por mi mismo.
No es el momento, tu tarea ahora es confortarla, no interrogarla pensé para mi mismo. Cambié de tema.
—Y, con un poco de suerte, todavía estaremos vivos mañana.
—Eso espero—dijo con la preocupación en su voz, pero al menos el taque de nervios ya había pasado.
—Las perspectivas son buenas. Veré a Jasper en menos de veinticuatro horas —añadió con satisfacción— apoyó Alice, con notas de fe y felicidad en su voz.
Y ahí estaba otra vez, la sensación de que algo la lastimaba en el interior y rehusaba a decirme. De que algo me estaba ocultando. ¿Debía preguntar?, ¿Quería saber yo que era lo que Bella escondía de mi?. Lo más seguro era que no; ya me estaba formando una hipótesis de lo que sería... Pero me reprimí el pensar en ello, disfrutaría cada momento que permaneciera a su lado, esperaría a que ella misma me lo pidiera.
Me concentré en su rostro, admirarlo era un manera muy efectiva de distraerme, Y, ¿Quién no podría perder el uso de la razón mirando al ser mas hermoso del mundo?, aun con el rostro crispado, el cabello algo desmarañado y la cara cansada; Bella siempre sería preciosa, de cualquier modo…en cualquier lugar y situación
Recorrí los círculos morados alrededor de sus ojos con las yemas de mis dedos, el sentir contacto ayudaba mucho a disfrazar mis conjeturas.
—Pareces muy cansada
—Y tú sediento —replicó mientras estudiaba mi mirada, que seguramente debería estra más negra que el carbón.
—No es nada— dije sin darle importancia, no se porque tenía la impresión de que podría sobrevivir 6 semanas más sin alimentarme y aun así eso no me importaría.
—¿Estás seguro? Puedo sentarme con Alice —ofreció a regañadientes.
Oh no, por supuesto que no, pensé para mí. Ya había pasado por mucho, y estaba seguro de que ahora nada me la iba arrancar de mis brazos en estos momentos; Ni siquiera la sed, que ahora parecía haber pasado a un prioridad pequeña. Era aquella extraña sensación de que mi cuerpo, a pesar de sentirse tan tentado por el olor de Bella, este rechazaba sus sangre sin flaquear. Aun me perturbaba llegar a un punto de superarme a mi mismo de esa manera, pero lo analizaría mas tarde a detalle. Las cosas importantes en estos momentos eran otras.
Suspiré y me deleité acariciando su rostro —No seas ridícula. Nunca he controlado más esa parte de mi naturaleza que en este momento—dije.
Pasó tiempo mientras seguíamos sentado es esa sala de espera, yo hablando con Alice sobre la mejor manera de poder regresar Robar un Buen Carro a esas horas será un trabajo difícil era lo que me cuchicheaba y que solo yo podía entender No importa ahora si el carro es veli o no, lo importante es salir de aquí fue lo que respondí.
Bella estaba exhausta…sus ojos y su cuerpo pedían descanso urgente, y pude observar como ella misma luchaba por mantenerse despierta. La comprendía, yo no me daría el lujo de quedarme dormido-suponiendo que pudiera dormir-en un lugar como este, de modo que no la alenté a cerrar los ojos. Y, me aventuré a besarla mientras ella continuaba conmigo, no parecía oponerse. ¡Magnifico entonces!, ya tendría tiempo para decirme la verdad después. Por ahora iba a disfrutar de mi pedazo de cielo ubicado en el mismo infierno.
El fin llegó cuando Alec cruzó la puerta hacia a la recepción indicándonos que era hora de marcharnos, dándonos indicaciones de abandonar la cuidad y “deseándonos” la mejor de las suertes Yo de verdad espero que todo salga bien fue lo ultimo que pensó antes de que Alice, Bella y yo saliéramos de la recepción y subir a lo elevadores que posteriormente no llevarían a la salida de aquel palacio de porquería. Bella fue la única que volteo para mirarlo tal u como era; Un esteriotipo histórico elegante a la vista de cualquier humano.
Afuera, con la luz de la noche, la celebración se había puesto a un nivel alarmante; un gran numero de humanos vestían la misma capa que ahora yo usaba, presumiendo colmillos falsos de plástico y celebrando la supuesta “expulsión” de los vampiros en las tierras de Volterra. Simbólicamente por supuesto… Estos humanos no tenía ni la mas remota idea de que frente a sus narices estaba el mismo núcleo de la especia a la que tanto temían en el pasado. Y hoy se vestían como ellos y eufóricos celebraban su triunfo ante Ellos….
—Ridículo…—murmuré para mí.
No pasó mucho tiempo antes de que Bella se diera cuenta de que ahora nos encontrábamos solo ella y yo. Pero no objeto permanecer cerca de mí en la ausencia de Alice. Tal vez era el cansancio extremo que se cargaba, tal ve lo hacia para no lastimarme…Fuera lo que fuera, aun continuaba conmigo, eso hacia mas dulce y menos doloroso el momento.
Alice condujo con el coche adquirido antes de que nosotros llegáramos hacia la salida, Bella se deslizó en el asiento trasero y yo me senté junto a ella, no iba a permitirme estar un centímetro lejos de ella mientras esto durara…iba a sacarle todo el jugo posible a a este momento. Mi acto le sorprendió pero tampoco profirió palabra. ¿Por qué no me decía nada?, ¿Qué era lo que ella pensaba?....No lo adiviné y tampoco le pregunté, estaba sumamente agotada.
Mientras la abrazaba escuchaba a Alice, tanto sus palabras como pensamientos….No tuvo que pedirlo, ese coche que tanto ansiaba sería suyo. Hacia mucho tiempo que obsequiaba algo a mi hermana, y…después de todo. Jamás alcanzaría a pagarle todo lo que había hecho posible en una noche.......Jamás me sentí tan agradecido de tener una hermana como ella.
—Ahora puedes dormirte, Bella , ya ha terminado todo— le murmuré mientras la abrazaba con fuera.
—No quiero dormir. No estoy cansada.
No querer dormir conmigo abrazándola, muy sensato…. Pero ella no necesitaba. Le bese una vez mas e insistí, otra vez…se negó. Suspiré.
—Sigues igual de terca.
Y, a pesar de todo….yo me recobijaba de que fuera así.
Continuara..