Bella:
Aro tenía demasiado orgullo para aceptar absolutamente nada delante de nosotros. Soltó la mano de Caius e hizo un ademán a los miembros de la Guardia que los rodeaban. Cada uno cesó su actitud de ataque y fue saliendo uno a uno de la habitación.
Alec tomó a Jane del brazo al salir, mientras Jake gruñía en una actitud totalmente suicida sin explicar absolutamente nada a los demás.
―Basta!!! He dicho que se retiren Alec… sólo quiero que Bella y Caius permanezcan aquí.
―Necesito que respondas por la seguridad de los demás Aro.
―Me insultas Isabella… eso es un hecho.
Jake volvió a agarrarse de la cintura de Jane como si no existiera absolutamente nada más alrededor… y Edward quedó clavado en el mismo sitio sin siquiera optar a moverse.
―Vete humano…
―No me iré, me has tenido aquí espiando a los tuyos por tu reputación, y has estado a punto de matarme… tengo derecho al menos a quedarme aquí, no dejaré que le hagas nada a Bella.
―La impertinencia me hace perder la paciencia muchacho… he dicho… “y no lo volveré a repetir”… que respondo por la seguridad de todos quienes estaban aquí.
¬―Por favor Edward… sal…
A regañadientes traspasó la puerta enfurecido y la cerró tras él.
―¡Eres un maldito asesino!
Le espeté a Caius.
―Es un hombre ciego de celos, si… tan obsesionado con tu madre que ha preferido tenerla a la fuerza que conquistarla… pero es un Volturi Bella… y no romperé nuestro equilibrio por una vida más o menos en esta tierra. ―La explicación de Marcus me sonó como una verdadera bofetada, y apreté los puños como si pudiera acaso golpearlo.
―Asesinó a mi madre Aro! Y lo que es peor… no ha tenido el coraje de hacerlo él mismo… sabes que eso no es justicia.
Caius me miraba como si estuviera dispuesto a cometer el último de sus delirios, Aro no estaba dispuesto a quitarle poder, pero yo lo conocía suficientemente para saber que él no se quedaría de brazos cruzados… de lo que me arrepentí fue de no haberle hecho caso a mi instinto…
―Contrólate Bella… estoy dispuesto a ciertas concesiones…
No lo dejó terminar de hablar, con una velocidad que nos dejó pasmados salió de la habitación apresando a Edward…
Jacob:
Ninguno de nosotros entendió muy bien qué pasó… pero el grito desaforado de Bella nos dejó entrever la gravedad, mientras al mismo tiempo la otra “gravedad” se escapaba de nuestros propios cuerpos aunando nuestras conciencias en una realidad alterna que nos permitía observar las circunstancias desde una visión tan “espiritual” que cada uno se sobresaltó como si hubiésemos visto el mismo infierno.
Caius se había abalanzado sobre Ed… o sobre su cuerpo… si puede entenderse esto en sentido literal… ninguno de nosotros estaba conciente, nuestros cuerpos yacían desmayados sobre el piso mientras nuestras ¿almas? sopesaban la escena desde arriba.
La angustia me ganó de repente cuando ví a mi Rubia Jane atacando al resto de los que estaban allí sólo para proteger mi cuerpo. No hacía falta en realidad, el chupasangre que llamaban Aro ordenó de repente que todos se volvieran contra el rubio… y todo terminó… pero mi Jane… sentía su desesperación y la furia del vampiro contra su rebeldía…. Y luchaba por volver a mi cuerpo con la agonía de no poder defenderla.
“Detente!!!”… escuché y fue como si siempre hubiera conocido aquella voz que sonaba omnipotente, rodeando nuestra propia conciencia.
“¿Taha Aki?”… pregunté.
“Si Jacob Black, estoy aquí para guiarlos en su camino a la tierra de los espíritus… ya han cumplido con su deber… el Triunvirato de los Fríos se ha roto… y liderará su clan un hombre justo”.
“No puedo irme Taha Aki… no ahora”
“Deben hacerlo Jacob Black… los tres… se necesita un sacrificio para poder seguir… el destino pide una vida por otra vida”.
“Nosotros somos tres vidas”, dijo la Bonita.
“Un inmortal por otro inmortal”, corrigió la voz… ese es el sacrificio…
“Esa soy yo… y nadie más que yo… no permitiré que nadie más juegue un juego en el que yo soy la qye debe perder”.
Sentí de repente una especie de escudo que me excluía de la mente de Ed y de ella y abrí los ojos confundido, mientras Jane repetía mi nombre en un susurro, desconcertado, trastornado…
―¿Dónde está Bella? ¬―Edward lo preguntaba apenas incorporándose, tan aturdido y confundido como yo.
Y Aro señaló el cuerpo lánguido a un costado.
―Ella no ha despertado…
CAPITULO 46: “Mi” verdad
Lo había conseguido, y la voz no replicó nada. Mi escudo había logrado alejar la conciencia de Edward y de Jacob devolviéndolos a sus cuerpos, a sus vidas… a una realidad que jamás deberían de haber dejado por esta locura… por el resultado de mi egoísmo y de la forma idiotamente ciega en que había olvidado las razones de mi vida.
“Mujer Fría… eso que has hecho… ¿porqué lo hiciste?”
“Porque al menos una vez debo ser capaz de dar lo que otros dieron por mí… Jacob ama a Jane y merece vivir, y yo amo a Edward y eso no me permite arrebatarle la vida… todo está mejor así… y me iré en paz con tus espíritus Taha Aki”
“Has seguido un camino incorrecto antes… y lo enderezas ahora Mujer Fría… paz a tu muerto corazón.”
“Paz”. Respondí y sentí que el alma me dolía con un dolor tan lacerante como el del veneno que me creó… tres siglos antes.