1 abr 2010

SERAS MIA O SERAS DE EL??? (+18)

Por Klaus
Capítulo 44: UNO CONTRA UNO...!!!!

Edward..

Después de unas cuantas horas llegamos a Transilvania, bajamos del avión ya nos estaban esperando las 10 personas de confianza de Demetri que también nos acompañarían por si hay aparte de los Apocalipsis mas agente.

-Nos subimos a cuatro camionetas negras que había rentado Brian.

-Después de dos horas más llegamos al enorme castillo, no me imaginaba lo enorme que era pero dadas las indicaciones de Brian esto sería más difícil de lo que me imaginaba.

-Nos pusimos ropa negra, unas cuantas armas que no pensábamos utilizar si las cosas salían bien bueno eso esperábamos todos.

-Al llegar a la entrada sabíamos que teníamos que separarnos, nos mirábamos todos con tristeza sin saber lo que nos depararía el destino a nuestras vidas, pero sabia dentro del fondo de mi corazón que la encontraría algo me decía que ella me estaba esperando.

Toda la gente camino por diferentes direcciones e incluso los diez nombres que nos acompañaban a parte de mi familia.

-Camine en compañía de Colet al norte del castillo, cuando escuche a lo lejos la voz de Demetri.

EDWARD CULLEN NO TE MUERAS… OK …

-Mi amigo me decía adiós con una mano, me sorprendió cuando me hablo por mi nombre completo nunca lo había hecho temí que se estuviera despidiendo. –Sin más asiste con la cabeza y le envié una sonrisa….

Emmett….

Camine rumbo al este del enorme castillo, me iba rascando las pompis porque estos pantalones negros no dejaban que respirara mi compañero, jeje, me reía como loco por mis idioteces que nadie escuchaba, iba tranquilo pero dispuesto a todo ese tipo me las pagaría por haberse llevado a mi hermanita pequeña.

-Recorrí un enorme pasilla con ventanas oscuras pintadas de negro, que no dejan que el poco sol (ya que estaba oscureciendo) entrará. Camine y me encontré con unas escaleras de madera que me llevaban hacia otro edificio baje lentamente y entre a otro edificio con techos altos camine por este y me encontré una puerta de madera de la misma estatura de los techos.

-Me quite la mochila que tria y la abrí con todas mis fuerzas, era muy pesada, cuando pude entrar me encontré con que era uno de los dos gimnasios que había nombrado el secretario de Demetri.

-Entre y había un enorme espejo frente a la puerta había un colcho para peleas de karate.

-Me gire al espejo para ver mis músculos con una pose de fisicoculturista. Cuando alguien me aplaudía detrás de mí.

-Vaya, vaya el simpático hermanito del Dios Griego. –Lo mire y le sonreí era Teobaldo le agradecí a los Dioses por haberlo puesto en mi camino.

-Ja ja eres la persona que estaba buscando. –Así pues aquí estoy, saco una pistola de adentras de la espalda y me apunto con ella.

-Me solté a reír, no tenía miedo no iba a poder conmigo.

-Veo que el señor don altura se esconde detrás de un arma, en vez de tener una pequeña pelea de calentamiento. –lo mire retándolo y subiendo las mangas de mi sudadera a mis manos.

-Ya veo quieres pelear conmigo, pues no me interesa. –Siguió apuntando hacia mí.

-Tenía que hacerlo enojar porque de lo contrario me dispararía y ahí terminaría todo.

-Tienes miedo de que te rompa la cara, el bebe tiene miedo. –camine rumbo a él haciendo mis brazos de aletas imitando a las gallinas.

-No te tengo miedo idiota. –Su cara había cambiado y empezó a acercarse a mí.

-Bueno si no quieres pelea entonces dispárame como un cobarde y termina con esto. Lo mire con mi risita.

-Cuando se acerco lo bastante para poner el arma en mi frente, me di cuenta que era más grande que yo y también era fuerte se podía ver que hacia ejercicio pero eso en vez de asustarme de agrado tenía que pelear con este estúpido de lo contrario no dormiría en las noches.

-Ja ja, eres muy pequeño ja ja. –Eso me hizo enojar y con un movimiento rápido quite la pistola de mi frente y le di un izquierdazo en la cara pero no se movió eras bastante fuerte que ni siquiera pude moverlo lo cual me emociono mas.

-Giro su rostro hacia mí y pude ver sangre de sus labios, se miro al espejo y se dio cuenta que sangraba.

Cuando sentí algo caliente por mi rostro, era un golpe de ese idiota sobre mi ojo derecho. –El si me hizo moverme de mi lugar.

-Empecé a reír, de repente arrogó la pistola al piso y empezó la pelea.

-Golpe tras golpe en nuestros rostros, tratando de esquivar nuestros ataques, me golpeaba en todos lados al igual que yo, parecía como si estuviéramos bailando un vals, casi podía asegurar que bailábamos al son de la marimba golpe tras golpe en nuestros rostros y parte de nuestros cuerpos era muy rápido y parecía que con sus golpes el aire chillara.

Sentí un izquierdazo en mi costilla pero le respondí con un golpe en la nariz, lo que hizo que nuestros propios cuerpos se separan por inercia dado la intensidad de la misma.

-nos alejamos solo unos pasos, toque mi boca y sentir sangre a su vez el toco su nariz y se dio cuenta que lo lastime.

-nos reímos al mismo tiempo parecíamos dos locos sicópatas. –Vaya eres muy bueno, nadie me había lastimado.

-Gracias pero tus alabos no te van a ayudar en mucho. –Estaba emocionado la adrenalina corría por todo mi cuerpo además me había hecho enojar como nunca antes lo había logrado.

-Me acerque a él, y lo ataque rápido golpeando su abdomen su cara con golpes fuertes y directos uno tras otro hasta que mi mano empezó a dolerme.

-Me aleje y lo vi sangrando de casi toda la cara. –Ahora va la mía. –Se fue directo a mi rostro, golpe tras golpe hacia que diera un paso hacia atrás, mi cara empezaba a doler.

-Se separo y ahora el me miro. –Mi rostro dolía mucho todas mis manos estaban llenas de sangre, sangre de los dos.

-Me reír y el también. –Así que moví los hombros y me quite la playera quedándome solo como una playera de tirantes blanca.

-repitió lo mismo y se quito la chamarra y la camisa. –Ja ja ja, veo que eres fuerte.

-Gracias a también, seguimos bailamos. –Moví las manos en señal de invitación.

-Continuamos haciéndonos daño, golpe tras golpe la sangre corría manchando mi camisa blanca y mis pantalones negros, me sentía cansado y en un momento el tenia la ventaja sin darme cuenta me arrogo al piso de una patada y caí cerca de espejo, se escucho que la tarima que detenía al espejo se movía casi a punto de quebrarse.

-No pidió levantarme y mi visión estaba segada por la sangre que corría por mi rostro solo sentía golpes por todo mi cuerpo, el me estaba ganando, solo un pensamiento se hizo visible en mi cerebro Rosalie y mi hijo, no quería que se quedaran desamparados así que me levante como pude y lo avente para atrás.

-Se empezó a reír de mí, eso me hizo enfurecer. –Que ya te cansaste de hacerme daño porque yo sigo vivo.

-Al escucharme vi al diablo en sus ojos me arrogo contra el vidrio y este se quebró en dos, cortando nuestros cuerpos, sentí en una de mis piernas un enorme vidrio entrando por mi pantorrilla, el fin estaba cerca ya no me levantaría.

-El espejo corto todo mi rostro y mi cuerpo haciendo pequeñas heridas. –Cuando me di cuenta había caído por completo en el suelo y no se escucho nada más.

-Después de estar tirado, en el suelo me di cuenta que Teobaldo yacía a un lado mío desmayado, estaba inconsciente pero al darme cuenta el espejo había cortado dos piernas, quite los vidrios que habían caído en mí, no me dijo remordimiento y lo deje en el suelo desangrándose.

-Le di gracias a Dios de no ser yo el que perdiera las piernas, camine muy despacio por el corredor pero no podía mas y cerré los ojos.

-De pronto se escucho un disparo, que hizo que me despertara, pensé en mi familia y con las pocas fuerzas que me quedaban me arrastraría hasta saber de dónde provenía el disparo.

Jasper…

Me dirigía al noroeste, del castillo subí unas escaleras para el segundo piso de algunas habitaciones cuando de la nada salió un Michel con una sierra corriendo rumbo a mí, baje rápidamente corriendo de su alcance sentía sus pasos muy cerca de mí, tenía que pensar en algo rápidamente así que saque de mi sudadera un frasco de aceite que mi querida esposa Alice me había regalado para que mi cabello brillara, rápido lo deje caer este se quebró al instante, seguí corriendo en espera de que mi plan diera resultado de lo contrario mi esposa recibiría solo pesados de mi.

-Se escucho un grito de dolor por todo el castillo, SI ME DIJE, deje de correr y mire hacia atrás, Michel se había resbalado con el aceite y cuando cayó la cierra le desfiguro el rostro.

-Me acerque lentamente al verlo que se quejaba de dolor, la cierra seguía funcionando salpicando sangre y carne viva de su rostro, lo mire con tristeza quería ayudarlo saque de mi mochila mi celular y llame a una ambulancia, mientras sonaban la llamada, alguien ya estaba detrás de mí, que ni me dio tiempo de voltear me golpeo la cabeza tan fuerte que caí inconsciente.

Cuando desperté me encontraba en una habitación con una mano esposada y entre lazada a una reja, pensé rápidamente, para poder salir de aquí y que no me mataría quebré un brazo y me libere. –El dolor fue tan insoportable.

-De pronto de escucho un disparo y los recuerdos de ver a mi familia junta se disiparon.

Edward…

-Caminamos dentro del castillo revisando cada habitación pero nada no la podía encontrar me estaba desesperando, no sabía qué hacer me sentía frustrado, Colet caminaba detrás de mí en silencio.

-Caminamos hacia la ala norte de las habitaciones cuando subimos las escaleras se escucharon gritos de una mujer lo que me hicieron actuar por instinto corrí hacia donde me indicaba mi oído, pero cuando entre de golpe, sentí el rostro de Skandria frente al mío, seguido de un intenso dolor en mi abdomen ella me había enterrado un cuchillo en el abdomen.

-Caí en el suelo, puse mi mano en la herida, pero esta se empezó a llenar de sangre rápidamente.

-Hola Edward te gusto tu regalo de bodas. –La mire con oído, pero me preocupo más que me estaba mareando, ella se me estaba acercando con el cuchillo lleno de sangre, pero de repente llego Colet y la arrogo al suelo.

-Edward oh Dios, por favor, estas bien. –Ella trato de levantarme pero Skandria se le fue encima empezaron a girar por el suelo, pero Colet tomo la ventaja, ella alcanzo a subirse arriba de ella golpeando su mano contra el suelo para que soltar el cuchillo.

-Yo seguía mareado, estaba a punto de perder el conocimiento.

-No Edward, por favor levántate tienes que encontrarla, levántate Edward, por favor.

-Colet me gritaba desesperada pero no podía ayudarme ya que tenia a Skandria en el suelo y esta forcejeaba para zafarse.

-Caí desmayado cuando escuche la dulce voz de mi mujer.

-Edward, oh no por favor no,

Quédate conmigo, por favor

Amor soy yo.

-Abrí los ojos y ahí estaba ella no estaba soñando. –Oh mi Bella no creí que volvería a verte, puse mis manos llenas de sangre en su rostro.

-He venido por ti,

Te amo.

-Edward no por favor no me hagas esto tienes que luchar. –De pronto sentí que alguien me cargaba era Oswaldo.

-Vamos Oswaldo llévatelos de aquí yo me encargo. –Colet le gritaba a Oswaldo.

-De pronto, íbamos deprisa por el pasillo hasta que llegamos a la plaza que estaba entre las dos torres.

-De pronto se escucho un disparo y caímos Oswaldo y yo al piso.

Continuara

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