15 abr 2010

FANFIC: La Trilogía

Autora: Caliope Cullen

CAPITULO 33: Cuarto intermedio

Edward:

Estaba vacío. Me preguntaba de mil formas cómo la vida y las perspectivas podían cambiar tanto en tan poco tiempo… yo no era más que un joven pueblerino sin responsabilidades que de un día para otro se había convertido en parte de una historia fantasiosa y era el flamante dueño de un corazón roto.

—Edward… el chupasangre mayor quiere reunirse con nosotros. Ha enviado un emisario.

Suspiré y traté de concentrarme en lo que decía Jacob… ¿me importaba realmente? ¿podía decirle a mi mejor amigo que me sentía fatal porque la chica que ambos queríamos me había despreciado después de darme la mejor noche de mi vida?. No… no podía. Agradecí por un segundo que él no fuera capaz de leer mis propios pensamientos.

—Ok… si ambos creen que está bien ir, iremos.

El resto fue el tormento de volver a verla y de sentir, efectivamente, que le era indiferente, a la par que soportaba el cuchicheo medieval de la rubia que nos buscaba.

Jacob:

Bella insistió en que debíamos ir con la chupasangre, me tranquilizó diciendo que nosotros éramos tres y ella sólo uno, que no sabía luchar y que ella ya había activado sus escudo. No le entendí mucho en realidad, si yo iba era simplemente para asegurarme que ella volvería, y que los Volturis no le harían daño.

—¿Estás segura? ¿porqué no viene él hasta aquí?

—Ha mandado a Jane… y la ha obligado a venir sola… esa es una señal de que confía en nosotros Jacob, es una prueba que nos da.

—No me convence Bonita.

—Sé que te parece una locura… pero por favor confía en mi.

—No es fácil confiar en ti. Quien me dice que no serán tan fría como hace un momento con Edward. —Ella bajó la cabeza y no respondió. — Perdona, no debí escuchar pero es parte de mi naturaleza. Fuiste cruel… y lo que es peor… le mentiste.

—No mentí, sólo que tienes razón en algunas cosas… las medias tintas son malas… estoy contigo, o estoy con él, no puedo estar con ambos. Y he decido que no estaré con ninguno, no haré daño a ninguno… y sencillamente debía entenderse así. No voy a pedirte que entiendas eso Jacob, tampoco que secundes mi decisión… pero esto es otra cosa, Aro nos está llamando para desenredar un lío que no tiene nada que ver con los sentimientos de los tres y creo que es hora que nos hagamos responsables.

Ella tenía razón respecto a aquello, mi tribu había sido reducida a unos 15 sobrevivientes, la familia de Edward volvería en poco menos de una semana y en Forks había demasiado gente en peligro como para tener un camino de solución y no ir por él.

La rubia llamó desde la puerta.

—¿Y bien? Tú y tu junta de testosterona ¿vendrán o no?

—Cuida tu boca rubia… o podrías perderla.

—Es mi nariz la que perderé si debo oler tu inmundo aroma más tiempo… ¿acaso ustedes los lobos no son capaces de sencillamente bañarse?

—Mi paciencia tiene tope rubia… y está cerca… continúa buscándome y palabra de quileute que me encontrarás.

—Basta… —dijo Bella. —cuanto antes nos vayamos, antes deberán dejar de soportarse.

—Es cierto, recuérdame por favor reclamar a Aro una cuota de poder mayor por hacer su trabajo “sucio”.

Jacob la ignoró y subió junto con Edward a la parte de atrás del vehículo de Jane, ninguno de los cuatro habló hasta llegar al vestíbulo del hotel de Forks. Aro había rentado todo un piso para ellos y mantenía a la guardia aplicando muchos de sus dones para pasar desapercibidos.

Bella saludó a una tal Zafrina con un abrazo gentil, preguntándole si Aro por fin la había convencido de unirse a la Guardia, a lo que respondió que no, que esta era una cruzada general a raíz del sello.

—Yo confío en ti Bella, por eso estoy aquí. Sé que tu alma de hierro ha empezado a fundirse… ya te lo he dicho antes. Ten fe en ti.

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