Robert Pattinson y Megan Fox son las últimas estrellas de la factoría de Hollywood, sus nombres figuran como los más buscados en la Red y sus rostros son los que despiertan más suspiros entre los fans.
Para Pattinson, británico, de 23 años, su fama es el purgatorio. "Todo es tan extraño... No sé si es la fama o que no sé lo que es mi vida cotidiana. Me levanto a las cinco para ir al rodaje y cuando vuelvo a casa tampoco quiero hacer más nada. Supongo que la mejor respuesta de cómo ha cambiado mi vida es que conozco muchos cuartos de baño maravillosos de maravillosos hoteles alrededor del mundo", confiesa. Nada que ver con el desparpajo de Fox, estadounidense, también de 23 años. "¿Quién se puede tomar a mal que le llamen sexy?".
Pattinson pasó de ser tildado de "repugnante" cuando Catherine Hardwicke le escogió como el joven protagonista de las novelas de Stephenie Meyer a convertirse en un fenómeno sólo comparable al que inspiró Leonardo DiCaprio en Titanic. Además, la presión es doble porque junto a la pasión de sus admiradoras está el fervor enfermizo con el que le siguen los paparazzi buscando esa exclusiva que demuestre de una vez por todas que Pattinson y Kristen Stewart, protagonistas de Crepúsculo, son más que una pareja de cine.
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